Productos químicos de limpieza hay muchos, y todos resultan muy útiles para tareas específicas y eliminar manchas y suciedad en tu casa o negocio.
Sin embargo, hay que tener mucho cuidado al utilizar determinados productos, ya que mezclarlos sin orden ni concierto puede poner tu salud y la de los tuyos en peligro.
De hecho, hay datos: alrededor del 26% de las llamadas que se realizan al Servicio de Información Toxicológica (SIT) del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses se producen a causa de mezclar productos químicos de limpieza como amoniaco, salfumán, vinagre o alcohol, entre otros.
Pero no te preocupes por nada, ya que en el siguiente artículo vamos a enseñarte qué productos químicos de limpieza no pueden mezclarse bajo ningún concepto.
¡Vamos allá!
Qué productos químicos de limpieza no pueden mezclarse nunca
Lejía y amoníaco
Empezamos con una pareja bastante conocida, pero que puede darnos más de un susto si cometemos un descuido.
La combinación de lejía y amoníaco produce una reacción química que crea un gas muy tóxico llamado cloramina (NH2CI) y que, al entrar en contacto con nuestras mucosas, se descompone para producir ácido clorhídrico altamente corrosivo.
Su inhalación puede provocar irritación de las mucosas, quemaduras en la piel, tos, asma, ardor en los ojos y otros problemas respiratorios.
Lejía y alcohol
La segunda pareja de productos químicos de limpieza es la formada por la lejía y el alcohol (tanto en su forma pura como en gel).
Esta combinación explosiva puede generar dos tipos de gases muy tóxicos y perjudiciales: cloroformo y ácido clorhídrico.
Los vapores de sendas mezclas pueden dar lugar a problemas graves en ojos, piel, pulmones, riñones, hígado y sistema nervioso. Por si esto fuera poco, el cloroformo puede causar, además, pérdida de conciencia, mareos y náuseas, e incluso la muerte en casos muy extremos.
Lejía y vinagre
Otra mezcla peligrosa con la lejía como protagonista. Y es que no es para menos, ya que es uno de los productos químicos de limpieza con los que más ojo hay que tener.
En este caso, al contactar con el vinagre se crea un gas llamado cloro que, al ser denso y mezclarse con la mucosa nasal, boca u ojos, se transforma en ácido clorhídrico.
El resultado: destrucción de membranas, heridas y quemaduras químicas graves.
Lejía y otros productos de limpieza
La combinación de lejía con otros productos químicos de limpieza como limpiacristales, lavavajillas, limpiadores de baño y demás, produce gas cloro altamente peligroso.
Exponerse a este gas, aunque sea por poco tiempo, puede dar lugar a problemas respiratorios y oculares bastante graves.
Vinagre y bicarbonato
Esta combinación es bastante conocida, ya que se usa mucho para quitar manchas en alfombras, marcas de desgaste en prendas de ropa y la suciedad de las vitrocerámicas, entre otras aplicaciones.
Sin embargo, nunca hay que mezclar estos dos elementos en un recipiente cerrado, puesto que puede provocar una explosión.
Esto ocurre porque el bicarbonato de sodio actúa como base y reacciona a los ácidos del vinagre. Entonces, se forma agua, acetato de sodio (sal) y dióxido de carbono (un gas) … generando así una reacción explosiva.
Vinagre y agua oxigenada
Los últimos artículos de los que vamos a hablar no son productos químicos de limpieza al uso, pero sí son muy usados por todo el mundo a la hora de eliminar ciertas manchas o limpiar determinadas superficies: el vinagre y el agua oxigenada.
Esta mezcla da como resultado ácido peracético, que puede ocasionar irritación en la piel, los ojos y el sistema respiratorio.
Pero eso no es todo, ya que una exposición prolongada podría llegar a producir daños permanentes en los pulmones.
Y con esto, hemos llegado al final.
Esperamos que el artículo te haya resultado entretenido. Pero sobre todo, muy útil para manejar todos tus productos químicos de limpieza de forma 100% segura.
Recuerda que en nuestra web disponemos de todo tipo de productos de limpieza profesional para tu hogar o negocio, e información sobre cómo utilizarlos convenientemente.
¡Confía en nosotros y no te la juegues!
¡Hasta la próxima!